Por Alejandro Silva Rodríguez / Articulista / @AlejandroSilvaR / alejandrosilva@hotmail.com
Qué triste ver, cómo un país con tanta potencialidad como el nuestro, tenga que distraerse en asuntos que nada contribuyen a resolver nuestros problemas ni a permitirnos avanzar como nación. Que mientras existe escasez, inflación, desempleo y una siempre creciente inseguridad, solo escuches a los que tienen altas responsabilidades de gobierno hablar de Barack Obama.
Nuestro país, lleno de recursos naturales y una población con excelente edad laboral, mucha de ella formada universitariamente, es tristemente gobernada por una burocracia divorciada de los verdaderos problemas de la gente, que no se interesa por explotar las potencialidades que nos da nuestro suelo, sino de exprimir donde existan recursos económicos para que se los trague ese cáncer que tenemos llamado corrupción. Pero lo peor, es que mientras eso pasa, solo los escuchamos hablar de Obama.
Simultáneo a esto, las acciones más ridículas que nos podamos imaginar. Dotar de petróleo al país que “supuestamente” hará una “supuesta” invasión, demostrar que el Jefe de Estado venezolano está desesperado por una reunión con el líder del imperio que supuestamente lo quiere asesinar y ser una nación autoproclamada multipolar, antiimperialista, pero que centra toda su atención en, bueno ya saben, Obama.
Obama se ha convertido en una especie de obsesión absurda de este Gobierno, si todo ese esfuerzo lo dedicaran a solucionar la inseguridad, quizás algo se lograría. Vivimos en una gran nación, llena de maravillas naturales, pero tristemente gobernada por unos que, ante la incapacidad de hacer, lo que hacen es joder.